lunes, 2 de enero de 2012

La ilusión de volver a empezar

Que un año termine y otro empiece no es más que una ilusión. 365 días que corren en una marcha interminable,  y vuelve a empezar. Así siempre.

Sin embargo, esa ilusión pareciera tener efectos purgantes, como si pudiéramos mentalmente deshacernos de lo que no nos gustó (algunas culturas lo corporizan, tirando cosas al mar por ejemplo... es así no?) y proponernos cambiar en todas aquellas cosas que están a nuestro alcance.

También caigo en la tentación y desde el 31 estoy pensando las cosas que quisiera cambiar. La sorpresa es que son realmente pocas. Pero no porque haya alcanzado la perfección, ni porque no quiera ver los problemas. En realidad es que así como están las cosas están bien. Con días malos y otros mejores. Con buena pata o sin ella. Tengo una linda vida, no una vida perfecta, pero qué vida es perfecta. Tengo una linda vida.

Entonces pedí que todo siga igual, y decidí cambiar esas cosas que dependen enteramente de mí.

Así dentro de 364 días no tengo que echarle la culpa a nadie.

Feliz año nuevo.


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